Ojalá fuese tan fácil
como poder decir de entrada
qué sí y qué no,
hasta dónde puedo llegar
y dónde mejor no, mejor me quedo.
La ambigüedad me hace mal,
no puedo construir de a poco.
Es que no soy prudente, no tengo mesura.
La ansiedad es el mayor de mis defectos,
aunque siempre digamos que es una virtud.
¿Por qué hacemos las cosas que hacemos?
Tengo una rueda gigante
que nunca para de girar.
Siempre estoy analizando
qué hacés,
cómo lo hacés,
a quién, si a mí.
¿Es que siempre todo es peor en mi cabeza?
¿Viste?
Al final yo también puedo separar las palabras para que queden bonitas.